Ahora que os observo, que os veo caer en esta estupidez humana. Yo que os miré con ojos de enamorado de vuestra inocencia, con pasión de vida, donde a cambio me disteis la pureza de esa contemplación incondicional, sin reparos ni rencores.
Ahora que os veo fallecer en esta incomprensible irrealidad que nos hace inhumanos ¿Cómo podré pediros perdón? ¿Cómo podré resarciros por mi osadía de veros morir?
Niños del mundo hoy contemplo las calles de Palestina, de Irak, de Afganistán, como tantas otras, regadas de tu sangre pura, de ese rojo luminoso que me ciega en lágrimas de tristeza.
Yo capté tu sonrisa honesta con mi cámara, regalo de bondades sin igual… Iluminaste mi camino para poder andar por este mar incomprensible que me ahoga al respirar.
Niños del mundo, decidme, ¿Cómo encontraré vuestra mirada nuevamente?, ¿Cómo podré dejar de llorar si mi alma se ha roto al ver tu cuerpo pasar?
Ahora que os veo fallecer en esta incomprensible irrealidad que nos hace inhumanos ¿Cómo podré pediros perdón? ¿Cómo podré resarciros por mi osadía de veros morir?
Niños del mundo hoy contemplo las calles de Palestina, de Irak, de Afganistán, como tantas otras, regadas de tu sangre pura, de ese rojo luminoso que me ciega en lágrimas de tristeza.
Yo capté tu sonrisa honesta con mi cámara, regalo de bondades sin igual… Iluminaste mi camino para poder andar por este mar incomprensible que me ahoga al respirar.
Niños del mundo, decidme, ¿Cómo encontraré vuestra mirada nuevamente?, ¿Cómo podré dejar de llorar si mi alma se ha roto al ver tu cuerpo pasar?