miércoles, 6 de enero de 2010

Cuando El "Apocalipsis Now" Se Convierte En Un Viejo Derrotado. Vietnam, Vietnam...IV



Lentamente eclosiona liberándose de su prisión. Al contacto con el exterior siente que ya no es del mundo que deja atrás. Ahora forma parte de la cadena física de la que nunca debió salir y a la cual pertenece desde hace milenios. Química y clandestinamente se convertirá nuevamente en vapor, otras veces se helará formando un bloque sólido con otras de su especie. Pero, como en un ciclo interminable, volverá a penetrar en otro cuerpo para retornar, restablecer y renacer.
Y a su paso deja los restos que no le pertenecen, sales minerales y demás, en una limpieza que la transforma en algo puro.




Pero en este caso, mi caso, es una simple gota de sudor que florece de mi frente para empapar la camisa mojada que se pega en mi torso, mientras siento un profundo dolor intenso en mi hombro izquierdo.
Después de 7 horas de agujas infinitas mi mente me traiciona. El dolor se transforma en delirio y soy capaz de vislumbrar mínimamente el alcance del sufrimiento humano. Intento el consuelo y pienso en tantos otros que han sufrido tormentos sin igual, pero a estas alturas intuyo que de alguna manera Win Lien se está vengando por todos sus antepasados y solo encuentro el susurro en sus ojos, en esos ojos que siempre me arropan y que con su voz tierna y dulce me dicen: - tranquilo ya falta menos – aunque todos sepamos que es mentira.
Hoy miro sus símbolos y, como madre que pare con dolor, gozo con su significado, con lo que para mi representará mientras viva, incrustado en mi piel, en un Tam Tam de tambores metálicos que desde la prehistoria y de muy lejos vienen a recordarme las vivencias de aquel año en que anduve por aquellas tierras testigo de sufrimientos y pasiones.


"En los refugios subterráneos, mataron a propósito a mujeres y niños con bombas. A los ancianos los mataron en los campos. A los presos los torturaron y los ejecutaron, y guardaron las orejas y el cuero cabelludo como recuerdos. Un soldado le sacaba a patadas la dentadura a los cadáveres buscando oro".

Tom fue un soldado que con tan sólo 19 años lo enviaron a My Lai; ser un niño para vivir el resto de su vida como anciano terminal. Aquel americano de casi dos metros se sentía insignificante, como despojo humano ante aquel vietnamita de escaso metro sesenta. Pero no fue hasta aquella mañana en la que siendo consolado por Pham Van Phu Ngao, su alma no encontró tranquilidad y sosiego.
Se supo de la matanza de My Lai porque algunos soldados la dieron a conocer, a pesar que de intentaron ocultarla, en un alarde de valentía sin precedentes. ¿Cómo ocultar la barbarie humana?, ¿Cómo neutralizar almas como la de Tom?
Arrodillado en el suelo Tom fue incapaz de disparar un solo tiro; miraba a su alrededor observando ralentizadas imágenes del infierno, de la deshumanización… Hasta que un golpe seco y contundente lo devuelve del sopor en que ha caído. Es un capitán que le increpa y le fustiga, pretendiendo que se una al aquelarre de sangre, pólvora y violación…




Una madre después de ver las fotos en la revista Life de la masacre en My Lai declaró: “Les entregué a un buen muchacho y lo convirtieron en un asesino”.

Mi hombro izquierdo hierve de pasión, incandescente, integrándose en el universo cósmico de la historia de los otros. Hoy, mientras curaba las heridas infringidas en mi miembro errático, una mujer vietnamita se ha sentido orgullosa por mi hazaña y en ese momento el respeto y la admiración que ya sentía por este pueblo apasionante al que admiro, se ha acrecentado hasta límites infinitos…

En la guerra de Vietnam, Estados Unidos soltó más de siete millones de toneladas de bombas, o sea, más del doble de lo que recibieron Europa y Asia durante la II Guerra Mundial (en un país del tamaño del estado de Nuevo México). Es un promedio de una bomba de 500 libras por cada vietnamita. Hoy hay unos 20 millones de cráteres en Vietnam, que se llenan de agua y sirven de caldo de cultivo para los mosquitos que transmiten malaria y dengue, dos graves problemas actuales.

Pero quién se acuerda de Vietnam?????




viernes, 27 de noviembre de 2009

domingo, 10 de mayo de 2009

El Submundo del Sindicalismo en Bomberos


Difícil es exponer un tema como este, el Sindical, o mejor dicho el Submundo del Sindicalismo Chapucero, sin herir susceptibilidades o molestar a aquellos que verdaderamente con esfuerzo, dedicación y principios realizan una tarea tan importante como es la de representar a los trabajadores, en este nuestro caso, a los Bomberos. Por ello pido de antemano disculpas, pues no es mi intención levantar ampollas en un terreno de tan difícil tratamiento, ni herir las susceptibilidades de nadie.
A la vez es inevitable no percatarse de cómo algunos utilizan el escudo impenetrable del sindicalismo para ocultar otras intenciones algo menos altruistas que no sean las de defender los intereses generales de los trabajadores.
Las motivaciones personales, las ansias de protagonismo, la inexperiencia, la incompetencia, el radicalismo, la irresponsabilidad, la perversidad, la manipulación, la falta de lucidez e inteligencia y un largo etcétera, hacen que un colectivo se vea abocado a sufrir las consecuencias de esos inútiles descerebrados que son toreados por políticos sin escrúpulos, cuando no, utilizados como meros instrumentos partidistas, encontrando en estos fanáticos gratuitos sus más férreos fans, que anteponen los intereses políticos a los laborales, así como los personales, a modo de prebendas, a los del colectivo.
Esta mixtura entre unos y otros actúa como bomba de relojería que desemboca en el desastre, “antes que temprano”, paralizando el desarrollo legítimo de nuestra profesión en pro, claro está, de las “bolsas de oro del señor y sus vasallos”.



En otras ocasiones el cinismo de algunos se hace intolerable cuando se afanan en achacar a los demás su falta de dedicación, encontrando la excusa perfecta para sus regodeos festiveros mientras usufructúan las horas sindicales, como si el resto del personal quedara beneficiado en esos balnearios veraniegos llamados “Parques de Bomberos”, en los que solamente se jugarán la vida en los “incendios y servicios”, velando por el descanso de sus salvadores sindicalistas.
El que más y el que menos, ¿quién no ha visto salir de los despachos Papales a esos fieles condecorados con medallas y galones?
En ese mercadeo de compraventa se reparten títulos y terrenos, se condenan almas terrenales con la conjura del engaño y la conspiración de la “milonga”, con la malicia de la manipulación y la perversión desenfrenada. Personajes y personajillos sin escrúpulos que se ocultan y escudan entre la pasividad de su rebaño, por demás, impávido, bloqueado, trepanado, sin capacidad de reaccionar, ajeno a la injusticia e incapacitado de echarle, por qué no decirlo, un poco de testosterona a las criadillas.



Dios nos libre de esos ególatras buscadores de protagonismo; de esos sindicalistas creadores de listas al más puro estilo fascistas, intolerantes con las otras ideas, con los que aún tienen capacidad de reaccionar y de pensar; conspiradores de despacho, apuñaladores de espaldas, insensibles con el dolor ajeno, lujuriosos con el daño provocado a conciencia, especialistas en anular los derechos de los que no piensan como ellos, de los que no son de su agrado o de los que los dejan en evidencia cuando destapan y descubren sus verdaderas intenciones…

Ocultadores de sus propias incapacidades y fobias, cobardes ante el fuego, pero valientes cuando se esconden detrás de los escritos anonimos insultantes y calumniosos. Metidos a fetiches y consentidores de pintores, pues con la misma brocha que se trazan las letras de las reivindicaciones laborales se insulta y descalifica al compañero, cuando no, amenazan sutilmente en los callejones…



Dios nos libre de reyezuelos de reyes, que aunque firmen como tal se comportan como miserables. Hasta cuando deberemos de soportar a “Conejos de Madriguera” con su pereza insoportable y machanguera; a inútiles “Monjes de Clausura” que no son más badulaques porque no salieron por otro meato; a estirados engreídos creyéndose sabedores de todo y siendo fantasmas de mucho; a indisciplinados toca “bravas”, nacidos para ser chulos de poca monta; a los cogedores de “bajas programadas” que insultan a esta profesión con tan solo su presencia gibosa; a argumentadores de “pa’ zapatos estamos nosotros”, pues con su retraso mental obstaculizan el desarrollo de los trabajadores y los logros conseguidos por los auténticos obreros; a incapaces y cobardes con la manguera, porque mientras otros hacen su trabajo se creen los mejores y más competentes bomberos, sin dudar en ningún momento en achacar a otros sus propias carroñas y miserias mentales.



Ya dije que podría herir sensibilidades, pero nuestro sabio refranero español me lleva a sumergirme en su sabiduría cuando recuerdo sus sabias palabras:

“A quien le pica, ajos come…”

Y a pesar de toda esta podredumbre y a riesgo de parecer contradictorio, creo fervientemente en el sindicalismo verdadero, en el esforzado, en el profesional, en el puro, en el que no deshonra la lucha obrera, en la historia de una clase social sufridora y hecha a sí misma.
Es por ello que en los Parques de Bomberos deberían estar al frente de nuestra representación “Sindicalistas Profesionales”, que supieran lo que tienen entre manos, desvinculados de Bomberos, o sea, que no tuvieran intereses personales. Sindicalistas que informaran adecuadamente sin manipulaciones ni intereses políticos y/o personales, que supieran de leyes, de negociaciones, de cuando movilizar a un colectivo y cuando no, de cómo saber llegar a todos, sin complejos ni prejuicios, que defendieran a todos y cada uno de nosotros y no a un grupo de amiguitos; que no dijeran estupideces y sandeces; que no condenaran al ostracismo a aquellos que no son de su agrado; que no aburriesen con largos alegatos dimisionarios para pasar a desdecirse en la ventanilla de los estipendios; en fin, la profesionalidad hecha sindical.
¿A quién se le ocurriría argumentar que un médico o un abogado tuvieran que ser bomberos cuando nos operan o nos representan en el juzgado?
Lo mismo ocurre con los representantes sindicales ¿por qué tienen que ser bomberos, con sus propios intereses, fáciles de manipular y, cuando no, incompetentes para ese trabajo? Si un representante de la metalurgia tuviera que ser de la misma empresa de los trabajadores que representa habría miles y miles de sindicalistas y no por ello los representarían mejor y más adecuadamente.

También creo, a riesgo de caer en el romanticismo, en el BOMBERO, en el voluntario o al que le pagan por realizar esta profesión (y no por ello mejor profesional que el primero); creo en mi compañero, en el verdadero. Y a pesar de caer en esos tópicos grandilocuentes, siempre he sabido que a mi lado hay auténticos camaradas que caerían conmigo si yo cayera y viceversa, porque compartimos este sentimiento más allá del trabajo remunerado. Son esos compañeros que se rasgan la piel en el hollín del incendio, en esa mezcla de sudor, sangre, cenizas y lágrimas; son esos compañeros que después del incendio, del riesgo, del peligro, de la desgracia, te miran a los ojos y ya está todo dicho; son esos compañeros que “codo a codo” solo saben "de tirar para adelante", sin críticas, sin traiciones, sin tapujos, sin juzgarte, pero a la vez sin hipocresias, sin engaños y sin falsas lealtades; son esos compañeros que aceptan las virtudes, los defectos, los errores, los aciertos... Son esos compañeros que comparten mi mundo, esa parte de mí que es el “Mundo de un Fireflash”

martes, 14 de abril de 2009

Rapa Nui. Ahu Moai, El Dios Que Quiso Ser De Piedra I



Ahi Inana levantó la cabeza y miró directamente a aquellos ojos grandes, colosales, impertérritos. Llegó corriendo, con la planta de los pies en carne viva, sangrando... Necesitaba postrase sobre sus ancestros, interiorizar sus pensamientos y compartirlos con los de su casta.
Su tez, altiva y espigada se asemejaba a la de sus antepasados. Su torso desnudo, varonil y tostado por el sol, reflejaba las líneas de sus músculos perfectos y armoniosos.
- ‘Atua, a ti te pido, en ti me poso, a ti te doy, en ti me igualo.
- Nanaku, hoy te escucho, hoy te tengo; hoy y mañana hablaremos de nuestra pesca, de cómo Kahi alimenta a nuestros hijos, de nuestros antepasados, de nuestra Haka Tere.
El viento mueve sus cabellos y Ahi Inana, sabe que está preparado para la Aka Venga, para el Haka Naru y para el Haka Pei.
Levantados en su poderío, parados, mirando al interior. Sólidos y duros como rocas de cantera… parece que esbozan una sonrisa por Ahi Inana.
Ya puede partir. Y él recoge una gota de sudor que resbala por su pecho con la que impregna sus labios. Se acerca con el respeto del Honu Potu, con la ternura del Koro, con la sabiduría del Korohua y sella sus labios húmedos con la fría piedra del Ahu….


lunes, 13 de abril de 2009

Rapa Nui, Ahu Moai, El Dios Que Quiso Ser De Piedra II


Ahí Inana cae rodando por la ladera, agarrado a su enemigo. Su lucha por la supervivencia es brutal. Si el buril de sílex lo atraviesa se convertirá en un ser de piedra, como sus antepasados.
¿Alguna vez habéis sentido la afilada hoja de la muerte en vuestra garganta? ¿Alguna vez habéis mirado la guadaña frente a vosotros y sin tapujos?
Cómo puedo ayudarte, Ahí Inana, o mejor diré, cómo puedes socorrerme querido amigo. Dormido en la ladera siento un golpe seco en mi costado. Penetró como alfileres desatados. Y adormilado aún, un fuego se desencadena en mi antebrazo.
Derramando las lágrimas en estas tierras tan apartadas contemplo lo que debió ser esta fiera lucha, la batalla por ser, por verterse en la historia…, ser tan lejano y tan cercano, es la extrema belleza de lo puro y de lo humano.
Make make es tu nombre, es el principio de la creación y Ahí Inana centra y tensa su colosal musculatura para no perder la vida. Con los genes de sus ancestros en la sangre, aquellos que surcaron los mares del Pacífico, que le tengan clemencia es una falacia, lucha o muere Ahí…
Cae rodando con su enemigo por la ladera preguntándose cual ha sido el motivo que les ha llevado a la guerra, cuales han sido los pecados de sus antepasados, cual será el destino de su pueblo.
Hoy me relatas tu existencia, me dijiste que cuidabas de tu jardín, que todo aquello era tuyo, que te sentías orgulloso de tus estatuas, que cazabas y pescabas, que tu morena desnudez era sincera, que tu orgullo era altivo… Sentado frente a tu “padre” de roca viva e impenetrable, susurras el cántico de los Akivis.
Rapa Nui, isla tesoro del mundo, belleza de piedra, cautiva de arcaicos… mi brazo se introduce en tu misterio, y como suelo hacer en mi osadía comparto tus emociones.
Derramando mis lágrimas en esta tierra, impregnando mi cuerpo de tu esencia, volveré a estar a tu lado…
Derramando tus lágrimas en mi antebrazo con tinta desbordada, hoy te llevo empapado, para recuerdo, para ser uno más, para ser un osado………