viernes, 27 de noviembre de 2009

domingo, 10 de mayo de 2009

El Submundo del Sindicalismo en Bomberos


Difícil es exponer un tema como este, el Sindical, o mejor dicho el Submundo del Sindicalismo Chapucero, sin herir susceptibilidades o molestar a aquellos que verdaderamente con esfuerzo, dedicación y principios realizan una tarea tan importante como es la de representar a los trabajadores, en este nuestro caso, a los Bomberos. Por ello pido de antemano disculpas, pues no es mi intención levantar ampollas en un terreno de tan difícil tratamiento, ni herir las susceptibilidades de nadie.
A la vez es inevitable no percatarse de cómo algunos utilizan el escudo impenetrable del sindicalismo para ocultar otras intenciones algo menos altruistas que no sean las de defender los intereses generales de los trabajadores.
Las motivaciones personales, las ansias de protagonismo, la inexperiencia, la incompetencia, el radicalismo, la irresponsabilidad, la perversidad, la manipulación, la falta de lucidez e inteligencia y un largo etcétera, hacen que un colectivo se vea abocado a sufrir las consecuencias de esos inútiles descerebrados que son toreados por políticos sin escrúpulos, cuando no, utilizados como meros instrumentos partidistas, encontrando en estos fanáticos gratuitos sus más férreos fans, que anteponen los intereses políticos a los laborales, así como los personales, a modo de prebendas, a los del colectivo.
Esta mixtura entre unos y otros actúa como bomba de relojería que desemboca en el desastre, “antes que temprano”, paralizando el desarrollo legítimo de nuestra profesión en pro, claro está, de las “bolsas de oro del señor y sus vasallos”.



En otras ocasiones el cinismo de algunos se hace intolerable cuando se afanan en achacar a los demás su falta de dedicación, encontrando la excusa perfecta para sus regodeos festiveros mientras usufructúan las horas sindicales, como si el resto del personal quedara beneficiado en esos balnearios veraniegos llamados “Parques de Bomberos”, en los que solamente se jugarán la vida en los “incendios y servicios”, velando por el descanso de sus salvadores sindicalistas.
El que más y el que menos, ¿quién no ha visto salir de los despachos Papales a esos fieles condecorados con medallas y galones?
En ese mercadeo de compraventa se reparten títulos y terrenos, se condenan almas terrenales con la conjura del engaño y la conspiración de la “milonga”, con la malicia de la manipulación y la perversión desenfrenada. Personajes y personajillos sin escrúpulos que se ocultan y escudan entre la pasividad de su rebaño, por demás, impávido, bloqueado, trepanado, sin capacidad de reaccionar, ajeno a la injusticia e incapacitado de echarle, por qué no decirlo, un poco de testosterona a las criadillas.



Dios nos libre de esos ególatras buscadores de protagonismo; de esos sindicalistas creadores de listas al más puro estilo fascistas, intolerantes con las otras ideas, con los que aún tienen capacidad de reaccionar y de pensar; conspiradores de despacho, apuñaladores de espaldas, insensibles con el dolor ajeno, lujuriosos con el daño provocado a conciencia, especialistas en anular los derechos de los que no piensan como ellos, de los que no son de su agrado o de los que los dejan en evidencia cuando destapan y descubren sus verdaderas intenciones…

Ocultadores de sus propias incapacidades y fobias, cobardes ante el fuego, pero valientes cuando se esconden detrás de los escritos anonimos insultantes y calumniosos. Metidos a fetiches y consentidores de pintores, pues con la misma brocha que se trazan las letras de las reivindicaciones laborales se insulta y descalifica al compañero, cuando no, amenazan sutilmente en los callejones…



Dios nos libre de reyezuelos de reyes, que aunque firmen como tal se comportan como miserables. Hasta cuando deberemos de soportar a “Conejos de Madriguera” con su pereza insoportable y machanguera; a inútiles “Monjes de Clausura” que no son más badulaques porque no salieron por otro meato; a estirados engreídos creyéndose sabedores de todo y siendo fantasmas de mucho; a indisciplinados toca “bravas”, nacidos para ser chulos de poca monta; a los cogedores de “bajas programadas” que insultan a esta profesión con tan solo su presencia gibosa; a argumentadores de “pa’ zapatos estamos nosotros”, pues con su retraso mental obstaculizan el desarrollo de los trabajadores y los logros conseguidos por los auténticos obreros; a incapaces y cobardes con la manguera, porque mientras otros hacen su trabajo se creen los mejores y más competentes bomberos, sin dudar en ningún momento en achacar a otros sus propias carroñas y miserias mentales.



Ya dije que podría herir sensibilidades, pero nuestro sabio refranero español me lleva a sumergirme en su sabiduría cuando recuerdo sus sabias palabras:

“A quien le pica, ajos come…”

Y a pesar de toda esta podredumbre y a riesgo de parecer contradictorio, creo fervientemente en el sindicalismo verdadero, en el esforzado, en el profesional, en el puro, en el que no deshonra la lucha obrera, en la historia de una clase social sufridora y hecha a sí misma.
Es por ello que en los Parques de Bomberos deberían estar al frente de nuestra representación “Sindicalistas Profesionales”, que supieran lo que tienen entre manos, desvinculados de Bomberos, o sea, que no tuvieran intereses personales. Sindicalistas que informaran adecuadamente sin manipulaciones ni intereses políticos y/o personales, que supieran de leyes, de negociaciones, de cuando movilizar a un colectivo y cuando no, de cómo saber llegar a todos, sin complejos ni prejuicios, que defendieran a todos y cada uno de nosotros y no a un grupo de amiguitos; que no dijeran estupideces y sandeces; que no condenaran al ostracismo a aquellos que no son de su agrado; que no aburriesen con largos alegatos dimisionarios para pasar a desdecirse en la ventanilla de los estipendios; en fin, la profesionalidad hecha sindical.
¿A quién se le ocurriría argumentar que un médico o un abogado tuvieran que ser bomberos cuando nos operan o nos representan en el juzgado?
Lo mismo ocurre con los representantes sindicales ¿por qué tienen que ser bomberos, con sus propios intereses, fáciles de manipular y, cuando no, incompetentes para ese trabajo? Si un representante de la metalurgia tuviera que ser de la misma empresa de los trabajadores que representa habría miles y miles de sindicalistas y no por ello los representarían mejor y más adecuadamente.

También creo, a riesgo de caer en el romanticismo, en el BOMBERO, en el voluntario o al que le pagan por realizar esta profesión (y no por ello mejor profesional que el primero); creo en mi compañero, en el verdadero. Y a pesar de caer en esos tópicos grandilocuentes, siempre he sabido que a mi lado hay auténticos camaradas que caerían conmigo si yo cayera y viceversa, porque compartimos este sentimiento más allá del trabajo remunerado. Son esos compañeros que se rasgan la piel en el hollín del incendio, en esa mezcla de sudor, sangre, cenizas y lágrimas; son esos compañeros que después del incendio, del riesgo, del peligro, de la desgracia, te miran a los ojos y ya está todo dicho; son esos compañeros que “codo a codo” solo saben "de tirar para adelante", sin críticas, sin traiciones, sin tapujos, sin juzgarte, pero a la vez sin hipocresias, sin engaños y sin falsas lealtades; son esos compañeros que aceptan las virtudes, los defectos, los errores, los aciertos... Son esos compañeros que comparten mi mundo, esa parte de mí que es el “Mundo de un Fireflash”

martes, 14 de abril de 2009

Rapa Nui. Ahu Moai, El Dios Que Quiso Ser De Piedra I



Ahi Inana levantó la cabeza y miró directamente a aquellos ojos grandes, colosales, impertérritos. Llegó corriendo, con la planta de los pies en carne viva, sangrando... Necesitaba postrase sobre sus ancestros, interiorizar sus pensamientos y compartirlos con los de su casta.
Su tez, altiva y espigada se asemejaba a la de sus antepasados. Su torso desnudo, varonil y tostado por el sol, reflejaba las líneas de sus músculos perfectos y armoniosos.
- ‘Atua, a ti te pido, en ti me poso, a ti te doy, en ti me igualo.
- Nanaku, hoy te escucho, hoy te tengo; hoy y mañana hablaremos de nuestra pesca, de cómo Kahi alimenta a nuestros hijos, de nuestros antepasados, de nuestra Haka Tere.
El viento mueve sus cabellos y Ahi Inana, sabe que está preparado para la Aka Venga, para el Haka Naru y para el Haka Pei.
Levantados en su poderío, parados, mirando al interior. Sólidos y duros como rocas de cantera… parece que esbozan una sonrisa por Ahi Inana.
Ya puede partir. Y él recoge una gota de sudor que resbala por su pecho con la que impregna sus labios. Se acerca con el respeto del Honu Potu, con la ternura del Koro, con la sabiduría del Korohua y sella sus labios húmedos con la fría piedra del Ahu….


lunes, 13 de abril de 2009

Rapa Nui, Ahu Moai, El Dios Que Quiso Ser De Piedra II


Ahí Inana cae rodando por la ladera, agarrado a su enemigo. Su lucha por la supervivencia es brutal. Si el buril de sílex lo atraviesa se convertirá en un ser de piedra, como sus antepasados.
¿Alguna vez habéis sentido la afilada hoja de la muerte en vuestra garganta? ¿Alguna vez habéis mirado la guadaña frente a vosotros y sin tapujos?
Cómo puedo ayudarte, Ahí Inana, o mejor diré, cómo puedes socorrerme querido amigo. Dormido en la ladera siento un golpe seco en mi costado. Penetró como alfileres desatados. Y adormilado aún, un fuego se desencadena en mi antebrazo.
Derramando las lágrimas en estas tierras tan apartadas contemplo lo que debió ser esta fiera lucha, la batalla por ser, por verterse en la historia…, ser tan lejano y tan cercano, es la extrema belleza de lo puro y de lo humano.
Make make es tu nombre, es el principio de la creación y Ahí Inana centra y tensa su colosal musculatura para no perder la vida. Con los genes de sus ancestros en la sangre, aquellos que surcaron los mares del Pacífico, que le tengan clemencia es una falacia, lucha o muere Ahí…
Cae rodando con su enemigo por la ladera preguntándose cual ha sido el motivo que les ha llevado a la guerra, cuales han sido los pecados de sus antepasados, cual será el destino de su pueblo.
Hoy me relatas tu existencia, me dijiste que cuidabas de tu jardín, que todo aquello era tuyo, que te sentías orgulloso de tus estatuas, que cazabas y pescabas, que tu morena desnudez era sincera, que tu orgullo era altivo… Sentado frente a tu “padre” de roca viva e impenetrable, susurras el cántico de los Akivis.
Rapa Nui, isla tesoro del mundo, belleza de piedra, cautiva de arcaicos… mi brazo se introduce en tu misterio, y como suelo hacer en mi osadía comparto tus emociones.
Derramando mis lágrimas en esta tierra, impregnando mi cuerpo de tu esencia, volveré a estar a tu lado…
Derramando tus lágrimas en mi antebrazo con tinta desbordada, hoy te llevo empapado, para recuerdo, para ser uno más, para ser un osado………


domingo, 22 de febrero de 2009

sábado, 17 de enero de 2009

Primera Parte: La Memoria No Perdida, La Memoria De Mis Abuelos. Guerra Civil Española


Las balas resonaban por encima de sus cabezas a escasos centímetros. No hacia ni una hora habían estado riendo con las cosas de aquel chileno y de pronto alguien había dado la voz de alerta: ¡¡¡Los Fachas!!!
El estruendo, los gritos y lamentos se apoderaron de la Campiña Andaluza. De soslayo y sin levantar la cabeza, para no ser atravesado por un proyectil, José miró a aquellos dos “Jo’putas con los cojones más grandes que había visto” y pensó “qué coño hacen estos por aquí”.
Pero ante aquel caos de ráfagas de ametralladora y bombas no pudo evitar sentir una gran admiración por aquellos dos chilenos “wevones” – esa palabra que tanto utilizaban aquellos sudamericanos – que habían atravesado medio mundo para luchar por una ideología que desconocía el destino a la que estaba abocada por aquel entonces.
De repente una granada estalló a su lado y todo se lleno de humo, mientras un olor nauseabundo a pólvora y sangre penetraba en su nariz. Su mente se nubló y cayó como en un sueño insondable…
Despertó en una cárcel de tres metros cuadrados, meado, vomitado, ensangrentado, dolorido. Intentó incorporarse, pero un dolor agudo le atravesó el cerebro y al mirar su mano derecha la vio vendada con un trapo sucio y lleno de sangre. Lo que más le sorprendió fue el silencio, no se oía nada, era una sensación dolorosa, más profunda que el dolor agudo que le recorría el brazo hasta el hombro.
La puerta se abrió de repente y aunque no oyó nada supo, por el movimiento de los labios de aquel mastodonte, que le decía: “Rojo Jo’Puta aquí tienes agua”, a la vez que le propinaba un culatazo con el fusil en la cara que lo volvía a sumir en la inconsciencia más profunda.

Ramona subía por las calles de Teba hecha una furia. Se acababa de enterar que su marido estaba encarcelado y condenado a muerte por las acusaciones de Don Vicente, el señorito con el que José, su marido, había mantenido una disputa por una cuestión de tierras de viñedos, ya se sabe, las típicas rencillas pueblerinas entre vecinos colindantes.
Don Vicente había caído preso de los Republicanos nada más producirse el levantamiento Nacional y José, que lo había visto en el cuartelillo de la Guardia Civil Republicana, le había sacado la lengua en un claro gesto de mofa, sin saber las consecuencias que le traería su insolencia. Ahora que los Nacionalistas iban conquistando toda España y apoderándose ilegítimamente del poder, Don Vicente había denunciado a José para resarcirse de la afrenta que le había causado y, de paso, para quedarse con las tierras de su vecino.
Ramona entró en la casa sin pedir permiso, como un huracán de verano, levantando las losas a su paso, maldiciendo, escupiendo improperios, rezándole a Dios en su interior, pues sabía que la única forma de salvar la vida de su marido dependía de su entereza y osadía.
Llegó hasta el despacho de Don Vicente y haciendo un dibujo imaginario con su dedo sobre la mesa del escritorio esbozó el símbolo de la cruz, en un juramento que sólo sabe hacer una andaluza de armas tomar, defendiendo a su camada y a su hombre, y declaró ante aquel individuo asombrado y ante Dios: “Juro por el Altísimo que por delante como hembra no podré, pero no podrás cuidar de por vida de tu espalda, porque algún día allí estaré para hacer justicia por la vida de mi marido”.
Sobra decir que es inútil huir del juramento de un andaluz o andaluza ante la señal de la cruz, pues no he visto latino más osado, más bravo y justiciero que a un sureño español de sangre caliente donde los haya, de firmeza en la mirada y coraje sin igual. Acostumbrado a sufrir y a resistir los envites de la vida, a ser apaleado y maltratado por las miserias y sufrimientos, pero orgulloso sin igual. Gentes de cuello agrietado, espaldas rotas, mirada penetrante y manos endurecidas. No hay rival para tal fiera defendiendo lo suyo y, mi abuela Ramona, aquella andaluza mujerona y de fuerza atronadora sacaba uñas y dientes ante la vida, ante el destino y las inclemencias de la vida, jugando las cartas que le había tocado en la partida.

jueves, 15 de enero de 2009

Una experiencia vital en la India

Un día recibí un email donde un viajero me pedía que le echara una manita, transmitiéndole mis propias experiencias en la India, ya que pensaba ir por aquellas tierras. Y fue en ese momento cuando me di cuenta que normalmente mi mente me lleva por caminos contrarios a lo práctico, eso que anda buscando todo mochilero, andante o viajero, para que le ayude en sus andanzas.
Por ello voy, muy brevemente, a contar mis propias experiencias y sensaciones vividas en ese maravilloso país que es la India. Me gustaría que fuera de forma coloquial, abierta y sin tapujos, aunque no sé si podré conseguirlo, pues todos esos recuerdos se agolpan en mi cabeza compulsivamente y lo que normalmente contamos en varias sesiones aromatizadas con tacitas de café y de forma distendida, me aturullan rabiosamente deseando mostrarse en su libre albedrío y expresarse en libertad.
Así, la historia comienza un día en el que decidimos montarnos en un avión y partir hacia un destino de emociones sin igual...
Llegar a la India es un Flash; un asalto de olores penetrantes, un movimiento armónico y caótico a la vez. Sin saber cómo ni por qué tus ojos escudriñan todo lo que sucede a tu alrededor, como buscando esa lógica de la que tanto abusamos en nuestras vidas.

Te despedazas después de un largo viaje en el que has estado planificando y pensando todo lo que harás, claro está, como un iluso, pues cuando la marea corre nunca se sabe donde irá a parar tu cuerpo expuesto a los elementos, ni es capaz de parar los poderes ocultos de la naturaleza y, ni mucho menos, la fuerza devastadora de las aguas embravecidas.

Y de pronto te das cuenta y piensas ¿Estoy en la India? ¡Dios mío, estoy en la India! Y ahí empieza tu verdadera aventura.
Ante todo es importante la hora de llegada a la India. Esto va a depender de la compañía aérea. ¿Y por qué digo esto? Pues porque es en la llegada al país donde vi a muchos turistas o viajeros ser engañados y dejarse casi todo el presupuesto que llevaban en el trayecto desde el aeropuerto hasta el Hotel donde iban a quedarse.
Cuando llegas y sales del aeropuerto hay un enjambre de hindúes dispuestos a llevarte a donde quieras y es ahí donde puede empiezar el calvario para el viajero.
Si le das la dirección de un Hotel lo más probable es que te diga que éste se ha quemado o que es imposible llegar porque han cortado las calles o mil excusas, claro está que te lo dirá después de tenerte dos horas dando vueltas por la ciudad, esa que estás mirando con la boca abierta, intentando ordenar tus ideas y cuadrar las imágenes, que danzan ante tus ojos, en tu cerebro.

Te dará vueltas y más vueltas hasta que tu mente no concuerde con tus sentidos, para finalmente llevarte al Hotel que ellos quieran, donde tienen comisión, por supuesto, la cual te cobrarán a ti, no sin antes haber pagado una fortuna por el trayecto (como mil veces más ).

Sé firme y si decides arriesgarte a agarrar un transporte fuera del aeropuerto, debes ser muy suspicaz, no dejarte engañar y tener las cosas muy claras. Si es de madrugada y nunca has estado en la India te resultará muy difícil manejarte en esa situación, por lo que te diría que:
Primero: si llegas de madrugada, no estaría de más que te esperaras en el aeropuerto hasta que amaneciera, de día las cosas se ven más claras.
Segundo: justo a la salida del aeropuerto - al menos en Delhi - hay una ventanilla donde pagas por un taxi oficial, que por supuesto será más caro que otra opción, pero no te arriesgas a que te estafen.
Tercero: si ya es de día, puedes tomar un Bus hasta Nueva Delhi y de ahí un Rickshaw hasta donde desees, pero atiende: nunca le des la dirección exacta de dónde vas a alojarte, pues los pillos entrarán después de ti y le pedirán al recepcionista que les den su comisión, pues se atribuirán el mérito de haberte llevado al Hotel. Por tanto dales la dirección de dos calles más arriba o más abajo y luego cerciórate de que no ve a donde vas. Si ocurre lo anterior, la comisión la pagarás tú, tenlo por seguro.
Sea como sea te contaré que a un español que conocí lo tuvieron dando vueltas hasta las 06’00 horas de la madrugada (el avión llegó a las 02’00 horas en el que yo iba), hasta que finalmente la policía trincó al hindú y el español acabó en la comisaría declarando (a esa hora yo ya me encontraba durmiendo en el hostal). Por la mañana la policía fue a buscarlo al alojamiento donde estaba para que denunciara, pues he de decirte que protegen mucho al turista: somos una entrada muy fuerte de divisas. Pero el pobre muchacho pasó un mal trago nada más llegar a Delhi. Cuando lo encontré en una cafetería creo que estaba pensando volverse para casa.
A otra chica española que también conocí, llegó a Bombay y el taxista le sacó (mejor dicho, estafó) casi todo el presupuesto que llevaba para 6 meses de viaje. Tuvo suerte que su familia pudo enviarle dinero.

La India es un país lleno de sensaciones que se manifiestan en tus narices nada más llegar. La seguridad es total, pero se ven cosas muy fuertes y si tu mente no está preparada para dicho coletazo en el cerebro puede sufrir un fuerte shock. Conocí a algunos viajeros que llegaron a la India y dos días más tarde regresaron porque no fueron capaces de resistir ese choque de sensaciones, pero si tu mente es abierta la disfrutarás como lo hice yo y no te arrepentirás. Yo estoy seguro que volveré pronto.
Por otro lado es muy usual que los viajeros que van a la India se conozcan en el avión o en la zona donde se hospedan normalmente los extranjeros y decidan viajar juntos, todo sale más barato si cabe, ya que la India es baratísima. Yo por mi parte siempre he preferido viajar solo, pero se conoce gente muy interesante con la que puedes compartir un montón de cosas.
Omitiré decirte lugares, ya que hay guías y libros muy buenos que te pueden orientar, pero lo más común es que los mochileros vayan a Paharganj en Delhi, que está al lado de la Estación de trenes y ello te será útil ya que podrás ir a reservar tus billetes para viajar por el país. Los alojamientos residenciales de esa zona son los más económicos y si eres una persona sin escrúpulos están aceptables.
La circulación en la India es un caos, en mi vida vi cosa igual, es la ley del más fuerte: el pez grande se come al chico, por lo que el viandante es el último en la cadena de la alimentación. No hay normas de circulación y cualquier esquema que tengas al respecto será destruido por los camicaces conductores hindúes. Ve con cuidado por las calles, sin dejar de disfrutar de las sensaciones.

Si decides viajar en Bus, relájate, pues no podrás hacer nada al respecto, habrás dejado tu vida en manos de un loco al volante, pero que incomprensiblemente conduce con una destreza inaudita. Imagina que en una carretera, a duras penas asfaltada y que caben milagrosamente dos vehículos, pueden darse situaciones de adelantamientos a tres o a cuatro: un camión adelanta a un bus mientras éste a su vez es adelantado por un coche ¿Cómo lo hacen? No lo sé, pero lo hacen. Vacas, personas, elefantes y demás se cruzan en el camino bacheado, donde el reglamento de circulación imperante es la del esquivar a todo el que se pone delante.
Cuando compres el asiento de un Bus llega con antelación a la estación de buses para agarrar tu asiento, pues es muy normal que ese mismo número de asiento se venda dos o tres veces, con las consiguientes trifulcas que se originan. No lo hacen por maldad o por estafa, sino porque no son capaces de organizar algo tan sencillo como es el reparto de asientos entre los pasajeros. Nunca te levantes del asiento y no cedas si alguien te dice que ese es su asiento, muéstraselo al conductor y que ellos se arreglen. Es algo curioso que tienen los hindúes, pues han dado grandes investigadores, jugadores de ajedrez, etc., pero en lo que se refiere a la organización es increíble lo torpes que son.
Cuando llegues a la estación de cualquier ciudad te verás invadido por una marabunta de hindúes ofreciéndote llevar en sus Rickshaws o taxis; te cogerán de la ropa para arrastrarte hacia sus vehículos, te empujarán, te agobiarán hasta llevarte al borde de la locura... No dudes en ser duro y salirte de allí cuanto antes y una vez fuera podrás negociar el precio del transporte con más calma, siempre ateniéndote a lo dicho anteriormente.
Para moverte por las ciudades el medio de transporte por antonomasia son los Rickshaus, con los que has de regatear y dejar el precio estipulado. Esto hazlo con todo, todo. Como turistas, para los hindúes somos dólares andantes e intentarán sacarte diez o veinte veces más por el valor real de las cosas. Aunque te parezca barato el primer precio, regatea, pues a los únicos que perjudica el no regatear es a los propios hindúes, ya que los precios suben para todos.



Por otro lado también se han acostumbrado a pedir limosna o cualquier cosa que el turista quiera darles (bolígrafos, caramelos, etc.), pero yo personalmente evité hacerlo. Para mi no es conveniente acostumbrar a ningún pueblo a vivir de las limosnas, ni de pedir cosas. Si das algo que sea a cambio de algún servicio, eso es trabajo, no limosna.
Como anécdota te contaré que un día fui a que me cortaran el pelo y el muchacho que me atendía me dio el masaje más impresionante que he recibido en mi vida en la cabeza, espalda y brazos (parece que es costumbre en la India). Quedé allí sentado en un relax del que tan sólo me sacó la fuerza de voluntad que tuve que esgrimir. Cuando le fui a pagar le pedí el precio y me dijo que lo que yo quisiera, por lo que le dí 20 rupias (él sabía lo que hacía). Al cambio fueron 80 pesetas, pero para él fue una fortuna. Eso es a lo que me refería, si quedas contento con un servicio no dudes en pagar lo que creas justo.
Otra cosa que suelo hacer cuando viajo es no llevarme mucha ropa y cuando estoy acabando el viaje, la doy y dejo sólo los pantalones y camisa con los que voy a volver. En la India, la ropa, aunque sea usada, es un regalo de dioses, pero insisto, no la des como limosna, sino como compensación por algo.



Por lo general, la idiosincrasia del hindú es amable y cordial. Gozarás de seguridad en todo momento. Yo andaba por Delhi de madrugada y la sensación de seguridad era total. Verás a muchos hindúes durmiendo en la calle y no por falta de casa, sino porque les gusta hacerlo, es su costumbre y muy pintoresco
Te verás en todo momento rodeado de hindúes, que seguirán tus pasos en todo lo que hagas. Por ejemplo, si estás en la ventanilla de la Estación, te rodearán mirando lo que haces. En la India es imposible estar sólo. El contacto para ellos no es malo, por lo que pueden hasta apoyarse en ti. Yo tenía un truco, que era ponerme la mochila pequeña en la espalda y cuando me sentía muy agobiado me movía de un lado para otro y los sacaba a mochilazos. Como ejemplo de lo que te digo, es que no será extraño que veas a un grupo de policías en el que algunos de ellos van agarrados de las manos.
Como te digo el contacto no está mal visto, pero besarse, como lo hacemos los occidentales, sí, por lo que si te presentan a un (a) hindú no le des un beso, no lo entenderían y no está bien visto. Con las mujeres extranjeras son más recatados, pero no tanto con los hombres, por ejemplo, en una ruta que hice por el desierto del Thar, no era raro que el guía apoyara su cabeza en mi pierna cuando estábamos descansando, cosa que no significa absolutamente nada, es, como te dije, su forma no verbal de contactar con las personas y relacionarse, como hacemos nosotros cuando nos presentan a alguien y le damos dos besos.



También oirás en un inglés precario la pregunta: ¿Usted de donde es? ¿Cuál es su nombre? Al principio contestas pero al final, después de escuchar las mismas preguntas un millón de veces, resoplas del cansancio. Yo contestaba cualquier cosa, total, no lo entendían y eso me daba un poco de distracción. Y como puedes ver hablar o chapurrear el inglés, será suficiente para moverte por toda la India sin problemas, aunque no estará demás que aprendas algunas palabras hindúes, cosa que provoca risitas, conformidad y complicidad con los autóctonos.

Te darás cuenta que el signo del sí con la cabeza no es igual que el nuestro, por lo que si estás en un trámite de una compra, etc., cuando el hindú mueva la cabeza de un hombro a otro está diciendo sí, entonces ya cerraste el negocio. Acuérdate, regatea en todo momento.



La religión en la India es el tema fundamental de su existencia. Yo personalmente tengo mi propia opinión, pero te aconsejo que te documentes en lo que se refiere al sistema de Castas, un poco difícil de comprender para nosotros y el intentar entenderlo quizá haga que sufras un poco menos por las diferentes situaciones que vivirás de miseria y pobreza. A Gandhi lo asesinaron porque quiso incidir sobre el sistema injusto de las Castas y todo gobierno que ha intentado abolir dicho sistema no ha conseguido sino revueltas y altercados con muchos muertos.
No es un sistema basado en la división de clases sociales, donde el factor económico es determinante, es diferente, de hecho un Braman sólo pueden comer comida que cocine otro Braman; un Intocable o Paria, lo es y será de por vida, como el resto de las Castas y para los hindúes que no son Intocables los consideran peor que perros callejeros o excrementos. Uno nace de una Casta y muere en esa misma condición, sin posibilidad de ascender. En fin, lee algo y verás la complejidad del tema.

Sin embargo no está exenta la India de que la religión se utilice para sacar dinero a los turistas y como manipulación de las mentes, por ejemplo te diré que en Pushkar, los llamados sacerdotes utilizan pétalos de flores para sacar dinero al turista: te abordan en la calle, te cuentan un cuento y cuando te das cuenta estás en la orilla del Lago Sagrado oyendo un montón de sandeces sobre religión y con unos cuantos dólares menos. Nunca aceptes los pétalos si te los ofrecen.

Podrás observar también muchos cadáveres flotando en el río siendo comidos por los perros, ya que la cremación es la forma habitual de dar el último adiós a los muertos. Pero ocurre que los que no poseen nada, los Parias normalmente, no tienen ni tan siquiera para comprar leña para la cremación y el cadáver acaba enterito y medio putrefacto en el río flotando. También vi como llevaban a bebés muertos en los brazos para echarlos al río ya que se considera que aún no tienen alma y por ello no se incineran.
Hay muchos occidentales que han quedado enganchados por la religión hindú u otras tantas que hay en la India, quedando colgados en una idiotez sin igual. En la India encontrarás también el Budismo, Jainismo, Islam, Cristianismo, Sijismos, Judaísmo y por supuesto el Hinduismo que es la mayoritaria.
Los Sijs tienen un aspecto curioso, pues no se cortan nunca el pelo, ni la barba y la llevan cogida con una redecilla que les da un aspecto formidable, además van con sus sables y lanzas por la calle dando un aspecto portentoso y digno de ver.
Bueno, todo esto lo dejo para que lo experimentes por ti mismo (a), pero ten en cuenta una cosa: si ves en un restaurante pez o carne para comer, no lo pidas, pues en todo el tiempo que estuve en la India nunca vi un camión refrigerador y puedes imaginar de donde salió ese pez: del mismo sitio donde minutos antes flotaba un muerto medio descompuesto. Y en lo que se refiere a la carne, un día me acerqué extrañado a una especie de carnicería para ver qué era aquella carne de color negro parduzco desconocida para mí y al llegar a medio metro de la misma me dí cuenta que eran moscas que cubrían por completo aquellos jugosos trozos de carne….

Esto me lleva a la comida hindú, exquisitez donde las haya, ahora eso sí, darás saltos en la silla, por tus orejas saldrá vapor a presión, mientras tu cara pasará de un rojo intenso a un azulado obscuro, será ahí donde te darás cuenta de la cantidad de picante que le echan a la comida hindú, ¡pica como el diablo! Pero tiene una explicación coherente: dicho picante actúa como desinfectante en los estómagos de los hindúes, aunque en los nuestros, poco habituados, actúa como bomba de racimo sometida a alta presión sin escapatoria. Fue al final de mi viaje cuando empecé, mínimamente, a saborear los explosivos y aromáticos platos hindúes. Ah!!! Los aromas, delicia donde los haya…




Seguramente no te librarás de la típica diarrea del viajero, por lo que es conveniente ir preparado con las medicinas pertinentes. Yo, personalmente estuve dos días fatal y con el susto en el cuerpo, pues me empecé a encontrar mal y tomé dos aspirinas, en un error fatal por mi parte, ya que nunca se deben llevar aspirinas cuando se viaja a esos países, pues si agarras el Dengue - que fue lo que pensé que había cogido - se puede producir un desenlace fatal en el hígado. Por suerte fue la diarrea del viajero galopante que casi me deja en los huesos. Posteriormente estuve a fruta - pelada, eso sí - y me recuperé rápidamente.
En Sanidad Exterior te aconsejarán de qué vacunas y medicamentos son los convenientes para llevar a la India. He de decirte en este punto que irresponsablemente por mi parte no tomé la profilaxis del Paludismo, ya que en Nicaragua tuve una mala experiencia con ese medicamento, así que me arriesgué, pero no tuve problemas. Insisto, que te aconsejen es cualquier centro de Información Sanitaria.
El agua que tomes, sobra decir que sea embotellada y al ducharte que la que sale por el caño no te entre ni una pizca por la boca o nariz, sino te arrepentirás.

En lo que se refiere al cambio de moneda hazlo en las casas legalizadas, nunca en el mercado negro, pues puedes llevarte un disgusto. A este respecto te diré que yo viajé con 1.200 dólares y me gasté 300 dólares en un mes y medio, más 100 dólares que utilicé para traerme artesanía y recuerdos. En aquellos momentos el cambio era 1 rupia por 4 pesetas. La media de gasto en comida y alojamiento fueron 80 pesetas. Quizá haya alguien que ponga en duda esto, pero es lo que me gasté, claro está que yo soy mochilero y no voy de lujos, me encanta dormir, comer y moverme donde lo hace el pueblo.

Finalmente saca la cámara fotográfica sin complejos, te cansarás de hacer una foto detrás de otra, pero sin obsesionarte. A los hindúes les encanta que les hagan fotos y la mayoría de las veces deberás apartarlos del objetivo. Existen algunas restricciones, como es en los Ghats donde pueden llamarte la atención, pero cuando haya un descuido haz fotos y fotos. Seguramente vendrás con cientos de fotogramas que dejarán asombrados a todos tus amigos. Cuando yo fui a la India todavía no se comercializaban las digitales, por lo que tenía que reprimirme un poco para no gastarme una fortuna y aún así saqué más de 600 fotos. Yo solía esperar al atardecer para hacer fotos, ya que las condiciones de luz son las mejores. para hacer instantáneas buenas y bonitas.



En fin, creo que muy resumidamente he intentado trasmitir algunas de las experiencias vividas en ese país maravilloso, en el que disfrutarás si tu mente está dispuesta a vivir sensaciones fuera de complejos y prejuicios. Disfruta de todos los olores, gustos, del tacto con los autóctonos, involúcrate con la gente, con sus vidas, observa sus costumbres, comparte con ellos pequeños momentos para que cuando regreses los conserves como un tesoro de vivencias maravillosas, esas que son las únicas que nos llevaremos cuando tengamos que enfrentarnos a nuestro destino final, el último billete que cogerá todo viajero.