jueves, 26 de junio de 2008

El Salto del Ángel ¿El Salto de Jimmy?


Era la segunda vez que intentaba aterrizar. Una mirada fugaz de soslayo a su acompañante le hizo comprender que no tendrían otra oportunidad. Así que tensó los músculos, apretó los puños sobre los mandos y se dispuso a tomar tierra, si es que a aquel lugar pantanoso se le podía llamar tierra, porque más bien era tomar agua, mucha agua. El golpe casi lo despide de su asiento y por un momento perdió el sentido de la orientación, de las cosas, de su vida…
Hacía mucho tiempo que había decidido no llevar una vida monótona. La atracción que ejercía sobre él la aventura, los viajes, el conocimiento de otras culturas, las costumbres de otros pueblos y la pasión por el riesgo, le habían hecho abandonar la vida de burgués para la que lo habían educado y reemprender el proyecto de su vida, uno nuevo.
Jimmy Ángel se había desprendido de todo convencionalismo arrojándose de lleno a una vida de riesgos y pasiones. En un intento por ganarse el sustento como aventurero se había dedicado durante muchos años a buscar oro, ese metal precioso tan cotizado en los mercados europeo y norteamericano.
Pero ahora se debatía entre la vida y la muerte mientras era lanzado por la inercia de lado a lado sobre el fuselaje del avión golpeándose por todas partes de su cuerpo. También sintió cómo su compañero gritaba de dolor, mientras el aparato continuaba su carrera alocada contra el precipicio. Sabía que si el avión no frenaba a tiempo morirían irremediablemente, pues la caída era brutal.
Dicen que en situaciones así toda tu vida pasa como fotogramas por delante de tus ojos, que el recuerdo de los seres queridos se antepone a cualquier evocación, pero Ángel sólo podía pensar en la maravilla que acababa de contemplar minutos antes de que decidiera aterrizar en lo alto de aquella catarata espectacular, de características nunca vistas por él y en el hecho de que nunca más podría llenarse de ella. Un espectáculo que lo había embriagado de tal forma, llevándole a tomar esa decisión loca y suicida de posarse en su seno a pesar de las súplicas de su acompañante. Pero Jimmy era de carácter obstinado, porfiado y cuando tomaba una decisión no había nada que lo hiciera cambiar de opinión.
De pronto el silencio se apoderó de todo, sólo el murmullo del torrente de agua se podía distinguir entre la respiración entrecortada de los hombres. Un hilo de sangre corría por la frente de Jimmy, mientras que Félix Cardona intentaba sacarse la mercancía que le había caído encima. Pero milagrosamente, aunque magullados, seguían vivos.


Llevaba 3 días con mis ropas empapadas, pero cualquier sacrificio era un mal menor por estar frente a aquel coloso. El agua pulverizada apenas me dejaba abrir los ojos, que entornados, se deleitaban viendo como se formaba la espuma por el choque feroz de la cascada. No en vano una caída de agua de 1.000 metros de altura sólo podía causar un espectáculo único e irrepetible.
Mi cuerpo vibraba ante aquel rugido ensordecedor y como si de un terremoto se tratara movía el suelo que pisaba haciéndome perder el equilibrio. Ya no sentía ni frío ni cansancio y mientras finas gotas de agua recorrían mi rostro me parecía sentir el rugido de la avioneta de Jimmy girando alrededor de la cascada, a lo lejos. Siempre he dicho que mi imaginación me engaña con facilidad.
La primera vez que oí ese nombre, “El Salto del Ángel”, creí que los lugareños en su efusividad devota habían dotado a dicho lugar de un nombre religioso. Pero cuando supe el verdadero motivo de dicho topónimo y cómo se sucedieron los acontecimientos un escalofrío recorrió mi espina dorsal.
James Crawford Ángel Marshall, más conocido como Jimmy Ángel, explorador, aventurero, buscador de oro y aviador estadounidense había realizado un aterrizaje en lo alto de la cascada en 1937, en el pico pantanoso del Auyantepuy, punto de partida del salto que fue bautizado con su nombre por darla a conocer al mundo, claro está al mundo occidental, produciéndose una nueva injusticia para los indígenas de Latinoamérica. Como recuerdo viviente de dicha hazaña no fue hasta 1970 cuando, en una sofisticada y arriesgada maniobra, pudo sacarse la avioneta que pilotaba Jimmy en 1937 de lo alto del pico.
No obstante el salto Ángel también es conocido como Churún-Merú o Kerepakupai-merú que en idioma pemón significa «caída de agua hasta el sitio más profundo», puesto que ese nombre corresponde a uno dado por los indígenas de la región conocedores desde tiempos ancestrales del salto mas largo del mundo.

Hacía 3 días que había llegado a Canaima desde ciudad Bolívar y, después de llevar un mes en Venezuela, llegaba a la zona en un rudimentario avión manejado por un piloto ruso al que había visto antes del despegue echarse 2 vodkas entre pecho y espalda. No obstante y a pesar de tomar tierra en una rudimentaria pista de aterrizaje, el avión se deslizó suavemente sobre la misma, haciéndome creer que dicha bebida tiene poderes relajantes.
El Parque Nacional de Canaima se encuentra en el centro de unas formaciones rocosas milenarias que se cuentan entre las más antiguas de Venezuela, los Tepuys. Está situado en la confluencia de los ríos Carrao y Caroní y está rodeado de espectaculares saltos de agua como El Sapo, El Sapito, El Yuri y el Hacha. En medio de la selva podemos regocijarnos de su tranquilidad, rodeados de orquídeas de todas las especies y colores, disfrutar con el canto de los pájaros, para pasar a escuchar el rugido del jaguar durante la noche.
La coloración oscura del río Caroní se debe a la gran carga de ácido fúlvico producto de la descomposición en forma de humus de la materia orgánica proveniente de ramas caídas, raíces, hojas y animales muertos, además de la presencia de ácido tanico o tanino de la condensación de minerales, cosa que hace que en sus aguas no pueda subsistir el caimán, como así ocurre en el Orinoco y que tantos incidentes ha originado. Nunca dejé de regocijarme en sus colores, olores y sensaciones mientras lo remontaba para encontrarme frente al Salto del Ángel que nunca debió de ser de Jimmy.


Félix Cardona no entendía lo que aquel grupo de hombres semidesnudos le decían, arö, arö (llevar, llevar), itöpütü meru, itöpütü meru, meru (ir salto de agua, ir salto de agua)… Pero las señas que el más anciano le hacía señalaban lo alto del Auyantepuy.
Llevaba varios días caminando y había dejado a Jimmy en lo alto de la cascada con la promesa de volver a por él en el menor tiempo posible. En un primer momento había intentado ir con Félix, pero al intentar caminar, Jimmy se había dado cuenta de que tenía un tobillo lesionado y que por sus propios medios no podría bajar de aquel lugar.
Paralelamente a aquellos sucesos, un grupo de Pemones habían salido tras las huellas de un jaguar. El felino se había acercado al poblado y había herido a un joven, dejándolo mal herido, por lo que varios de guerreros se había aventurado en la espesura de la selva para dar caza al animal.
Llevaban dos días de expedición cuando sintieron el rugido de aquel “bicho volador” el cual veían por primera vez en sus vidas y pensaron que los dioses les habían mandado una maldición por su osadía de enfrentarse al “kaikuse” (jaguar). Se quedaron mirando extasiados aquel aparato que surcaba los cielos cuando de pronto éste desapareció en lo alto del Kerepakupai-merú, (allá donde cae el agua al lugar más profundo).
No tardaron en divisar a Félix desorientado y magullado, entre la espesura de la selva. Aquel individuo maloliente y peludo les hablaba en un idioma extraño, pero también señalaba a lo alto de la cascada y comprendieron que debían ir a su cima.
Öik adeseik?, Öik adeseik? (¿Cómo te llamas? ¿Cómo te llamas?), aquel pemón de brazos cortos y mirada penetrante no dejaba de pronunciar aquellas palabras mientras apuntando el dedo hacia sí mismo le decía “Rume Kusari, Rume Kusari” (Hijo de Venado, Hijo de Venado).

Muchos, muchos años más tarde un anciano mira fijamente las llamas de la chimenea de su casa, mientras rememora aquellos tiempos en los que Rume Kusari (Hijo de Venado), Püröu kamarakoto (Flecha grande), Ököi (Serpiente) y otros más que su memoria no llega a recordar, le ayudaron a salir de lo alto de aquella cascada, para inmortalizar, sin saberlo con su nombre de aventurero, uno de los saltos más largos del mundo, El Salto del Ángel, aunque Jimmy siempre supo que ese honor nunca fue suyo.

sábado, 21 de junio de 2008

Machu Pichu y el Camino del Inca






Durante cientos de años aquella ruta había sido atravesada por numerosos campesinos que con sus pies semidesnudos y sus pasos cortos, aunque firmes, se habían acostumbrado a las inclemencias del tiempo y a la dureza del terreno.
Athapi era el nombre de aquel hombre enjuto, de corta estatura y de anchas espaldas, al que años de mascar hojas de coca le había dejado un ligero color verde entre la comisura de la boca. Sus mejillas sonrosadas contrastaban con su rostro moreno y sus manos callosas sostenían las ataduras de aquel animal tan extraño de cuello largo, de apretadas lanas y tendente al escupo traicionero. Tiempo más tarde supe que a ese fuerte y robusto animal lo llamaban “Llama”. Ahora, caminando por estos parajes, comprendí por qué estas gentes habían despreciado la rueda que tan eficaz era en las llanuras europeas.
Pero Athapi no tenía prisa. De vez en cuando, por aquel camino, se cruzaba con un paisano y se detenían a conversar, a darse las nuevas buenas y a compartir hojas de coca y cacao prensado (yuzta) en un ritual casi automático de cortesía. Eran las normas de las montañas, la ley de aquellos hombres acostumbrados a ayudarse en su lucha particular por la supervivencia.



Grupos de familias, vestidos con ropas de grueso lanaje y vivos colores, iban y venían para comerciar con los pueblos vecinos, donde los ricos frutos y productos de la tierra se mezclaban con los más espectaculares ornamentos y piedras preciosas talladas por los mejores artesanos en el bullicioso mercado de Cuzco.
A aquella travesía se le llamó “el Camino del Inca”, nombre dado por un pueblo orgulloso de sus tradiciones y de sus antepasados.
No hubo nunca una ruta de montaña tan infructuosa que llegara a una ciudad de piedra tan hermosa como aquella, la que esa mañana fría de octubre contemplaba desde lo alto de un promontorio con la boca abierta sin poder pronunciar palabra por el trance al que me había llevado su majestuosidad. Era el “Machu Pichu”, aquella urbe que había pasado de ser puro mito para convertirse en una realidad.
Comencé el descenso viendo como a cada paso que daba se iba haciendo cada vez más grande. Podía sentir aquel pueblo en pleno esplendor, en medio del ajetreo rutinario de la ciudad. El cansancio de 3 días caminando por puertos de 4.200 metros de altitud, mojado y al borde del delirio por las fiebres altas que me invadieron, quedó en el olvido. Fue así como un cierto misticismo se apoderó de mí al cruzar las puertas de entrada de la ciudad y, como si el destino se hubiera aliado con la villa, una bruma bajó de las montañas para dar a Muchu Pichu un aspecto de irrealidad y ficción. Tocar aquellas piedras fue como abrir una puerta en la historia donde penetré de forma dócil en sus relatos y en sus secretos.
Cómo debió ser aquel tiempo en que los Incas dominaron orgullosos estas tierras; cómo debió ser su tecnología, su sabiduría para conseguir levantar este monumento a la ingeniería; cómo vivieron, cómo se relacionaron e interactuaron entre ellos y, en definitiva, cómo debió de ser su declive y final en manos de unos sucios extranjeros venidos de otras tierras como si de ultratumba se tratara.
Yo caminé como Inca por estas tierras, masqué coca y conversé con el andante. Sentí respeto y admiración por este pueblo y aunque a veces me turbaran sus costumbres y ademanes, sentí el orgullo de haber vivido y compartido con sus gentes.
Espero que algún día Athapi me perdone por haber entrado en su casa violando las más elementales reglas de cortesía. Deseo que el inca Athapi sepa comprender mi necesidad de fusionarme en su hogar, en su morada, en sus calles, en sus centros religiosos… Intentar comprender lo que fue, es mi intención, en este razonamiento alocado y desbocado.
Desde aquí, desde lo alto del Huayna Pichu contemplo el comienzo de la selva amazónica peruana y me pregunto hasta dónde me llevará el siguiente camino de los senderos de los Incas…




A lo lejos divisó a una extraña pareja de incas arando sus terrazas de cultivo, no daba crédito a lo que sus ojos veían. El corazón le latía de forma desbocada mientras se acercaba ante la mirada incrédula de los dos campesinos que por primera vez veían a un hombre blanco. El arqueólogo Binghan había abierto al mundo y por casualidad el monumento precolombino más espectacular de América del Sur. Era allá por el año 1911 y hacía años que los arqueólogos estaban buscando este emplazamiento, ante las noticias que pululaban entre la población indígena.
Binghan iba a revolucionar el mundo de la arqueología y, a la vez, su descubrimiento iba a significar un punto de inflexión en la historia del pueblo Inca. La espectacularidad de Machu Pichu no iba a dejar indiferentes al mundo científico que inmediatamente se volcó en su estudio y, por qué no decirlo, en el expolio de esta fabulosa ciudad.
¿Qué sabemos hoy por hoy de Machu Pichu? ¿Fue una fortificación para detener una posible invasión de las tribus amazónicas o el último refugio de las vírgenes del sol? ¿Fue una capital religiosa o simplemente un lugar de culto consagrado al sol? ¿O tal vez fue la última capital Inca?





Manco arengaba a sus hombres por aquel camino pedregoso y escarpado. Algunos habían sucumbido al peso, al cansancio y a la falta de alimentos, pero Manco Capac no detenía la marcha. Este último rey Inca sabía que si los extranjeros venidos de otros lares los alcanzaban morirían todos, no habría piedad como habían dejado claro en el tiempo que llevaban invadiendo sus tierras.
Capac pensaba reagrupar a todos los incas en Machu Pichu y en caso de ser necesario la selva amazónica serviría para salvaguardar a su pueblo. Pero él vendería cara su muerte, mataría a todos los hombres de armaduras como pudiera que, montados en extraños animales, no demostraban piedad alguna ante las súplicas de sus víctimas. Esos eran sus pensamientos cuando, desde la retaguardia, llegaron noticias de que se aproximaban sus enemigos de forma peligrosa y rápida. Así que dio la orden de aligerar la marcha, aun sabiendo que muchos no conseguirían llegar a su objetivo.
El Rey Inca contaba con que el emplazamiento de Machu Pichu les sirviera de protección y escondite, ya que al estar en la cumbre de una montaña cortada, esta bella ciudad no era visible desde el valle. Y fue así como el Rey Inca, Manco Capac, pudo evitar que los castellanos les encontrasen y asesinasen ese día y sobrevivir un tiempo más, pero lo que no pudo impedir fue los acontecimientos de la historia.



Aquel brutal e inculto castellano gritaba y maldecía como hacía en su villa natal con los cerdos. Llevaban tiempo en aquellas tierras, pero el mal de altura les afectaba a casi todos, aunque Francisco Pizarro se había dado cuenta de que sobre todo se cebaba con los recién llegados que acudían para reforzar sus tropas.
Aquel maldito indio se le había escapado en el último momento, pero cuando lo apresara lo desollaría vivo y colgaría su cabeza en la entrada de su campamento para ejemplo de todos, violaría y mataría a todas las mujeres y, materializaría un pensamiento que rondaba por su cabeza desde hacía tiempo, se proclamaría rey de los indios a los que sometería a los tormentos mas crueles, Rey de aquellas tierras, que bien le sentaba ese título.
Pizarro, el sodomizador de puercos, se había hecho militar, distinguiéndose por su crueldad ante el “moro”. Ello le había servido como impulso a su carrera castrense y pronto aprendió a utilizar las armas más sofisticadas de la traición, la mentira y, como no, de la carnicería, aprendida en los corrales de su mísera casa. Había partido a las Indias y su ascensión ya no tuvo límites.
Pero ahora solo pensaba en dar caza a Manco Capac como colofón a su victoria contra el pueblo inca. Atahualpa había sido un pelele en sus manos, había disfrutado mintiéndole y viendo su rostro compungido e incrédulo mientras era llevado a su destino fatal.
Lo que Pizarro nunca supo cuando no tuvo más remedio que regresar a Cuzco es que habían pasado, él y sus hombres, a escasos cientos de metros de Machu Pichu sin verlo, donde un numeroso grupo de guerreros incas comandados por Manco Capac se disponían para la batalla mortal que nunca tuvo lugar.






En 1911 Binghan tendría más suerte que Pizarro, pues desde el mismo promontorio al que yo me subí muchos más años después, divisó Machu Pichu que hoy día deleita y embriaga a todo aquel que acude a este enclave para formar parte de la historia por unas horas.





jueves, 19 de junio de 2008

Mamá de mayor no quiero ser Bombero


¿Cuántos de nosotros ante la tópica y típica pregunta que se hace a los niños de: “qué quieres ser cuando seas mayor”, respondimos con un rotundo “quiero ser bombero…”?
Posiblemente muchos jugaron desde que tuvieron uso de razón con un camión de bomberos. A otros, como fue mi caso, el destino nos puso esta profesión delante a la cual aprendimos a respetar, a sentir y a, por qué no, amar. Se convirtió en algo vocacional, en algo digno de honrar, con toda la seriedad que ello implica, con todo el cariño que uno puede poner en aquello que siente.
El toque de las sirenas que indica el regreso de las unidades con el orgullo del deber cumplido, el saber que nuestro esfuerzo, nuestra entrega ha servido para que un padre pueda volver a abrazar a sus hijos, es algo que pocos podrán sentir. Yo me considero un privilegiado por ello.
Pero por desgracia no todos sentimos igual.
En los últimos tiempos un fenómeno se ha producido en nuestra sociedad. Cantidad ingente de “opositores profesionales” que buscan el refugio del trabajo funcionarial ha inundado los Parques de Bomberos. Son individuos que están amparados por oposiciones amañadas sin ninguna credibilidad profesional, convocatorias que funcionan como puros trámites administrativos donde los futuros “bomberos” son vistos como números y no como potenciales profesionales, individuos carentes de preparación profesional por la inexistencia de unos estudios reglados para el acceso a bomberos, personajes instruidos en “barracones de formación” por oportunistas que utilizan el tráfico de influencias para colocar sus test en las administraciones y vender titulillos a todo aquel que esté dispuesto a pagar un buen precio.
Y lo lamentable, el drama de todo esto es que entre esa gigantesca masa de opositores estarán muchos bomberos que nunca, ni con esfuerzo, ni con dedicación, ni con vocación podrán ser bomberos. Porque ser bombero es algo que se siente, no que se es por el hecho de llevar un uniforme.
Que nadie se llame a engaño, porque yo he visto a individuos copar plazas de bomberos teniendo auténtico vértigo, entrar lisiados a los que hay que mantener de por vida, gandules empedernidos calentadores de camas al más puro estilo machanguito. Otros que su incapacidad y nulidad les llevará a ocupar puestos sindicales para hacerse intocables, para manipular a los demás, para no aparecer por el trabajo y pasarse el día en la playa con horas sindicales, para conseguir cargos y privilegios. Individuos que justificarán en el “síndrome del estrés post-traumático” su drogodependencia, su alcoholismo, su pereza, su ineptitud, su cobardía o su miedo a ponerse ante el fuego.
He visto a individuos perversos manipular a bobalicones sin personalidad ninguna, con resentimientos hacia los buenos profesionales, carentes de mínima disciplina profesional, chulitos de poca monta que se enfadan y piden explicaciones porque se les manda a una emergencia o se les dice que se pongan el equipo de protección personal. Personajes malévolos capaces de destruir con sus críticas malintencionadas, con sus odios y deformaciones mentales, culpabilizando siempre al otro de sus propias miserias.
Pero cuando nuevamente suene la sirena, cuando esa alarma irrumpa en la cotidianidad de los buenos bomberos, éstos saltarán por la cucaña para acudir a la emergencia. Mezclarán el sudor de su esfuerzo, se abrazarán por el orgullo del compromiso adquirido y regresarán a los Parques de Bomberos para seguir honrando esta profesión que llevan troquelada en el alma.

sábado, 14 de junio de 2008

Procedimientos Operativos Estandarizados (I). Incendio en Vivienda

Nunca me ha gustado que el mundo de bomberos se convierta en un mercadillo de compra y venta, como parece que últimamente ha pasado con nuestra profesión en forma de academias, chiringuitos de formación y un largo etcétera. Por eso creo que la información debe circular libremente y no para mercadeo y negocio de unos pocos. En este trabajo nos jugamos la vida y la de los ciudadanos, por eso mientras más sepamos mejor será para todos nosotros.
Es por ello que quiero agradecer a los compañeros de Alicante que tengan en su página Web los “Procedimientos Operativos Estandarizados o Sistemática de Actuación”, los cuales creo que muchos de nosotros los hemos utilizado, es más en Bomberos de Las Palmas de Gran Canaria hubo un intento de Protocolarizar las actuaciones y el modelo a seguir fueron los procedimientos de Alicante. Yo los he adaptado a las condiciones y recursos de mi Parque de Bomberos y quiero compartirlos con ustedes.

INCENDIO EN VIVIENDA. MATERIAL Y FUNCIONES:
BOMBA URBANA PESADA (BUP)

CONDUCTOR (Charly 1):
Funciones:
Tendido desde bomba hasta entrada de edificio. Comunicaciones. Montaje Iluminación…
Material:
Mangueras de 25, 45, 70 mm (según órdenes de Jefe de Salida), Bifurcación, Talky, Generador, focos, etc.

BOMBERO 1 (Bravo 1): Ataque ofensivo
Funciones:
Punta de Lanza /Extinción
Material:
Lanza y manguera (25 ó 45 mm). E.R.A. Linterna. Marrón. Talky.

BOMBERO 2 (Bravo 2): Ataque ofensivo
Funciones:
Apoyo B1/Extinción
Material:
E.R.A. Linterna, Talky. Bifurcación (45/25 mm). Mangueras (25 ó 45 mm).

BOMBERO 3 (Bravo 3):
Funciones:
Bajo órdenes de Jefe de Salida y dependiendo necesidades realizará:
· Tendido (escalera, fachada, hueco escalera…). Conecta con B2 y B4. Apoyo y Relevo a B1
· Rescate pisos superiores, inferiores y/o laterales. Ventilación natural o forzada a petición de J1
Material:
E.R.A. Talky. Linterna. Mangueras (25 ó 45 mm).
Material de rescate: equipo de aire de rescate, máscara auxiliar, marrón, cuerdas, arneses, watergel, etc…

BOMBERO 4 (Bravo 4):
Funciones:
Bajo órdenes de Jefe de Salida y dependiendo necesidades realizará:
· Tendido (escalera, fachada, hueco escalera…). Conecta con B3 y Charly 1. Apoyo y Relevo a B2
· Rescate pisos superiores, inferiores y/o laterales. Ventilación natural o forzada a petición de J1
Material:
E.R.A. Talky. Linterna. Mangueras (25 ó 45 mm).
Material de rescate: equipo de aire de rescate, máscara auxiliar, marrón, cuerdas, arneses, watergel, etc…

BOMBA NODRIZA LIGERA (BNL)

CONDUCTOR (Charly 2):
Funciones:
Alimentación al BUP, Abastecimiento de agua, Montaje equipo junto a Charly 1…
Material:
Talky, Manguera alimentación (70 mm), Generador, focos, etc.

BOMBERO 5 (Bravo 5):
Funciones:
Apoyo a Charly 1 y 2. Apoyo a B1, 2, 3 y 4, según órdenes de Jefe Salida.
Material:
Según funciones: Mangueras de 70 mm. Material rescate: escaleras extensibles, equipo de aire de rescate, máscara auxiliar, marrón, cuerdas, arneses, watergel, etc…
E.R.A. Talky, Linterna…

BOMBERO 6 (Bravo 6):
Funciones:
Apoyo a Charly 1 y 2. Apoyo a B1, 2, 3 y 4, según órdenes de Jefe Salida.
Material:
Según funciones: Mangueras de 25, 45 ó 70 mm. Material rescate: escaleras extensibles, equipo de aire de rescate, máscara auxiliar, marrón, cuerdas, arneses, watergel, etc…
E.R.A. Talky, Linterna…

AUTO ESCALERA AUTOMÁTICA (AEA)

CONDUCTOR (Charly 3):
Funciones:
Colocación, preparación, extensión, operaciones y rescate con escaleras automática.
Ataque defensivo (según órdenes de Jefe de Salida): preparación tendido de Extinción en el AEA.

Material:
Talky, linterna, manguera de 70 mm…

BOMBERO 7 (Bravo 7): (según órdenes de Jefe de Salida):
Funciones:
Operaciones de extinción y/o rescate por fachada con AEA.
Ataque defensivo: tendido de protección, extinción, etc., si fuera necesario.
Material:
E.R.A., Talky, Equipos de Aire, Watergel, Cuerdas, Herramientas, Camilla del AEA, etc. Manguera de 70 mm, Uso de Cañón del AEA…

BOMBERO 8 (Bravo 8): (según órdenes de Jefe de Salida):
Funciones:
Operaciones de extinción y/o rescate por fachada con AEA.
Ataque defensivo: tendido de protección, extinción, etc., si fuera necesario.

Material:
E.R.A., Talky, Equipos de Aire, Watergel, Cuerdas, Herramientas, Camilla del AEA, etc. Manguera de 70 mm, Uso de Cañón del AEA…


1º JEFE DE SALIDA: J 1
2º JEFE DE SALIDA: J 2
CONDUCTOR BUP: CHARLY 1
CONDUCTOR BNL: CHARLY 2
CONDUCTOR AEA CHARLY 3
BOMBEROS: BRAVO 1, 2, 3, 4…

FUENTE VIDEO: mi más sincero agradecimiento al compañero Vazquez que me ha cedido gran parte del material fotográfico y de video. También quiero agradecer a los compañeros de Alicante por saber entender esta profesión y lo que significa.

jueves, 12 de junio de 2008

Procedimientos Operativos Estandarizados (II). Accidentes de Tráfico


Hay que dejar claro que los Protocolos Operativos Estandarizados son una guía de organización de los servicios, pero nunca son procedimientos cerrados, son dinámicos y están supeditados a circunstancias concretas que determinen el amoldarlos a los acontecimientos como puede ser: el número de efectivos humanos del que disponemos, la situación propia del siniestro, órdenes directas del mando de la actuación y multitud de variables que podemos encontrarnos. Debemos pensar que la organización de los servicios es como una partida de ajedrez, donde las fichas son movidas para la mayor efectividad de la jugada ¿Alguien ha visto alguna vez que las partidas de ajedrez sean una igual a la otra? Sin embargo cada una de las fichas tiene su propio movimiento específico y se mueve de la misma forma.
No debemos pensar que los Protocolos se pueden aplicar rigurosamente y de forma cerrada e insisto sobre este punto, porque en mi experiencia como mando de Bomberos me he encontrado muchas veces que se ha criticado el hecho de variar los mismos pensando que su aplicación estricta es lo adecuado.
Por ello la confianza en el mando y viceversa, una buena entendida disciplina de grupo, entrenamientos periódicos y el diálogo entre todos puede garantizar el 100% de éxito en los servicios. Pero de esto ya hablaremos.

ACCIDENTES DE TRÁFICO: MATERIAL Y FUNCIONES

BOMBA URBANA PESADA (BUP)

CONDUCTOR (Charly 1):
Funciones:

· Señalización: Zona Caliente.
· Conecta Bomba, Presuriza manguera y Previene Incendio
· Montaje de Iluminación (Intervención Nocturna).
· Comunicaciones
· Desconexión baterías de vehículos implicados (si procede)
· Estabilización vehículos (en apoyo de Charly 2 y según ordenes del Jefe de Salida).

Material:
· Manguera de 25 mm., lanza de 25 mm.
· Extintor
· Espumógeno, dosificador…
· Conos de señalización, etc.
· Generador, focos…
· Talky
· Llaves fijas, corta cables, pata de cabra, etc.
· Material Estabilización: tacos madera, colchones de media y baja, puntales, etc.


BOMBERO 1 (Bravo 1):
Funciones:
· Puesta en marcha del motor hidráulico.
· Uso del separador bajo órdenes del Jefe de Salida.

Material:
· Motor hidráulico
· Mangueras hidráulicas.

BOMBERO 2 (Bravo 2):
Funciones:
· Puesta en marcha del motor hidráulico
· Apoyo B1
Material:

· Motor hidráulico
· Separador
BOMBERO 3 (Bravo 3):
Funciones:
Bajo órdenes de Jefe de Salida y dependiendo necesidades realizará:
· Uso del Estampidor o Cizalla

Material:
· Estampidor

BOMBERO 4 (Bravo 4):
Funciones:
Bajo órdenes de Jefe de Salida y dependiendo necesidades realizará:
· Apoyo a B3

Material:
· Cizalla

FURGÓN DE RESCATE (SERVICIOS VARIOS)
CONDUCTOR (Charly 2):
Funciones:
· Estabilización vehículos
· A petición del Jefe de salida acercará material diverso
Material:

· Material de estabilización: tacos madera, colchones de media y baja, puntales, etc.

BOMBERO 5 (Bravo 5):
Funciones:
· Atención e inmovilización víctimas
Material:
· Material de inmovilización: tabla espinal, collarines, etc...

BOMBERO 6 (Bravo 6):
Funciones:

· Atención e inmovilización víctimas
Material:
· Material de inmovilización: tabla espinal, collarines, etc...

UNA VEZ LIBERADA LA VÍCTIMA, BRAVO 1, 2, 3, 4, 5 Y 6 ADOPTARÁN POSICIONES PARA LA EXTRACCIÓN Y POSTERIOR TRASLADO DE LA MISMA. EL JEFE DE SALIDA DECIDIRÁ EL LUGAR MÁS ADECUADO PARA LA EXTRACCIÓN DE LA PERSONA ACCIDENTADA RESPETANDO EL EJE CABEZA, CUELLO Y ESPALDA, ASÍ COMO UTILIZANDO LAS TÉCNICAS DE MOVILIZACIÓN EN BLOQUE, BAJO LAS ÓRDENES DEL QUE CONTROLA LA CABEZA DEL ACCIDENTADO.
RECORDAR: HAY QUE ADAPTAR EL HUECO A LA VÍCTIMA, NO LA VÍCTIMA AL HUECO.


1º JEFE DE SALIDA: J 1
CONDUCTOR BUP: CHARLY 1
CONDUCTOR FSV: CHARLY 2
BOMBEROS: BRAVO 1, 2, 3, 4…

miércoles, 11 de junio de 2008

Las Puñaladas en la Trinchera (I)



“De repente un dolor agudo en las costillas me hizo desenfocar la vista del Frente y mirar hacia el costado. Como si de un reflejo automático se tratara llevé mis manos hacia la herida de donde un hilo de sangre se derramaba mezclándose con el barro e impregnando el fondo de la trinchera. El golpe fatal había sido asestado en sus entrañas, en su protección, de repente, sin avisar… Aquello que creía era un lugar seguro, a pesar del fango, la lluvia, el frío, el sudor y las penurias, se iba a convertir en el verdadero eje de mi derrota.
Me enseñaron a luchar contra el enemigo, aquel que se muestra abiertamente en el campo de batalla, que lucha con sus armas frente a las mías, que a pesar de ser rivales nunca viene con engaños, mezquindades y mentiras. Es un enemigo puro, sin fisuras…
Me enseñaron a luchar, a pesar de las vicisitudes y contradicciones, con los de mi clase, con mi casta, sin tapujos, sin deformaciones, con la lealtad de los de antes, nuestros abuelos.
Pero nada me había preparado para sentir el afilado cuchillo de la traición, ese resentido esquizofrénico, del resquemor impávido, de la envidia encolerizada en un aquelarre de injusticia, de la ironía satanizada y focalizada en la perversión… Un puñal que entraba en mi cuerpo como ruin asesino ponzoñoso de oscuridades clandestinas y nocturnas. Nada podía doler tan hondamente como el arma fría y calculadora, sutil y afilada, empuñada por los que creí en un tiempo mis camaradas, mis compañeros de trincheras.
Cómo puedo ser el mismo si me acecha esta pena en el alma. Y no es más mortífera esta muerte por la gravedad de las heridas, sino por la mano que te sostiene, farragosa en el estoque y austera en la mirada, pues hoy me has matado en esta muerte mortal que me has clavado

!Oh cuchillo desdentado!”


FUENTE FOTOS: http://images.google.esimgresimgurl

martes, 10 de junio de 2008

Las Puñaladas en la Trinchera (II). Carta Sangrante para un amigo psicólogo


Estimado amigo, me dirijo a ti, en primer lugar para saludarte y para relatarte por qué hoy sigue sangrando mi herida, así como para decirte cuales son los motivos por los que no participo en las sesiones que se organizan de psicología.
Quiero decirte que estas líneas no son un intento de justificar mi actitud, así como mi negativa a asistir a esas sesiones, sino de aportarte algunos datos (desde mi punto de vista, claro está) y documentación que pueden ayudarte en tu tarea para comprender el motivo por el que se han dispuesto estas terapias de grupo un día a la semana en Bomberos.
Por otro lado quiero dejar patente y claro que creo acérrimamente en la psicología como apoyo y ayuda a los colectivos de trabajo y más en aquellos que se dedican a la emergencia y que sufren unas condiciones de estrés determinadas. Pero me resisto a entender dicha ciencia como un instrumento político que parchee las causas reales que generan en esos equipos de trabajo las verdaderas causas de la desmotivación, discriminación, injusticias y heridas sangrantes y que son los auténticos motivantes de los traumas de esos mismos colectivos.
Durante años denuncié en escritos las distintas situaciones de injusticias laborales que se venían sucediendo. He puesto en juego mi futuro profesional por defender esos principios y he vivido situaciones de discriminación en mi propia persona. No solamente he denunciado las irregularidades de una administración sorda, muda y ciega, sino también todas aquellas situaciones anómalas que se producían en nuestro Parque de Bomberos, sin distinción de rango o categoría. Créeme que ello me ha causado bastantes problemas como te relataré a continuación.
En nuestro puesto de trabajo hemos tenido que ver durante años: nombramientos arbitrarios; carencia de promoción interna, de organización y de un organigrama adecuado; manipulación en las contadas oposiciones de ascenso; discriminación y represalias contra aquellos que se han atrevido a “abrir la boca”; designaciones selectivas para ocupar puestos de tutores, instructores, monitores…; desidia laboral por parte de determinados agentes de bomberos; recriminaciones; amenazas; normas vengativas y un largo etcétera.
No obstante cuando una persona defiende con todo su corazón aquello en lo que cree, de quien menos espera sufrir una traición es de aquellos a los que creía amparar, de los de su clase, de los de su casta. Equivocadamente o no, he intentado defender la responsabilidad y la profesionalidad de nuestro colectivo, he creído proteger al ciudadano que es el merecedor de nuestra ayuda profesional, he luchado por aquellos principios que creo son correctos y justos en mi trabajo, he dado la cara y he defendido a mis “compañeros” en numerosas situaciones…
Que equivocado que estaba querido amigo.



Todo partió de un escrito… Un escrito que durante largo tiempo me ha causado gran angustia, al punto de pedir ayuda psicológica por no entender las razones del mismo y por el daño que me ha causado. Un escrito infundado, sin aportar pruebas; un escrito donde se me injuria, calumnia e insulta. Un escrito donde se miente; un escrito malintencionado sin valorar las consecuencias del mismo; un escrito donde se afirman hechos que paradójicamente son desmentidos por datos estadísticos que demuestran lo contrario y de los que dispone la administración; un escrito que podría haberme perjudicado laboralmente y mi futuro profesional, si es que no lo ha hecho… Ante ese escrito no tardé en sufrir las consecuencias, sin que ni siquiera se me dirigiera unas palabras, una justificación.

Puedo entender que determinados individuos fueran los potenciadores y cabecillas de dicho alegato, ya que posiblemente tengan resentimientos contra mi persona por haber mantenido una pasada amistad; otros por envidias, celos profesionales, etc. Pero no puedo entender que hubieran firmado ese escrito individuos que llevaban, en el momento de esta situación, 6 meses en el Parque de Bomberos por ser de la última promoción (observa la primera frase del escrito: “…. Llevamos años sufriendo…”). O los que creía “compañeros” de los de verdad, por los que sentía un cariño especial (que pensaba era mutuo) y por los que había dado la cara en infinidad de ocasiones ante la jefatura. Individuos que protegí ante determinadas situaciones: manifestaciones de problemas personales, problemas físicos, depresiones, retrasos en la entrada al puesto de trabajo, individuos a los que no enviaba a los servicios ya que decían tener fobia ante determinadas situaciones que se producen en nuestro trabajo, etc., etc.
Casualmente leí una serie de estudios sobre acoso laboral publicados por el colegio de psicólogos de Cataluña, otro por Isabel Martos de Riesgos Psicosociales del Comité de Salud Laboral del "Dep. d´Economía i Finances de la Generalitat de Catalunya" y miembro del Observatori Català del Mobbing, así como los estudios y publicaciones de HIrigoyen sobre el “Acoso Moral”, de Marina Parés sobre el “Gang del Acoso – Mobbing”, de Piñuel, etc., etc., y he de decirte que me pareció ver las respuestas a esta situación que estaba viviendo, bueno, que aún estoy viviendo.
Pero nuevamente, de forma anónima, traicionera y vil se me volvió a insultar, posiblemente ataques de algunos que se sintieron aludidos y que no pudieron reprimir su odio y su resentimiento.
En fin, querido amigo, para no aburrirte más, quiero manifestarte que ante esta situación que me ha tocado vivir, solo cabe un camino, el de la veracidad, el saneamiento y la honestidad. Sin eso sólo quedan heridas abiertas, heridas sin cicatrizar, heridas sangrantes… Ir a las sesiones de psicología para mí sería como vestirme sin que las yagas de mi piel se hayan curado, sin que la verdad haya aflorado. Y si como resultado de ello se demuestra que yo me equivoqué, si la culpa reside en mí, la asumo como persona consecuente que me enseñaron a ser, pero si no es así también debemos saber la verdad, porque dejar las cosas como están es sembrar en nuestro colectivo una duda susceptible de ser manipulada en cualquier momento, es no aclarar nunca mi inocencia y estar condenado de por vida a ser culpable de un delito que no he cometido.
Para finalizar sólo te diré una cosa, yo nunca le hubiera hecho algo así a un compañero, nunca les hubiera clavado un puñal por la espalda, en la trinchera, a ninguno de ellos. Mis convicciones me hacen ir de frente, afrontar los problemas cara a cara, mirando a los ojos de las personas. Con mis virtudes y mis defectos, con mis errores, equivocaciones y aciertos. Mis principios y mi moral siempre me han llevado a ser consecuente con lo que soy, con lo que pienso y con lo que siento. Pero también soy consciente que muchos prefieran el camino de la hipocresía, de la mentira y de la traición. Como amigo y como psicólogo, o más bien como persona, puedes hacerte una idea de cómo me siento, pues ésta es una herida que sigue sin cerrarse y mi sangre sigue derramándose en el fondo de la trinchera.



lunes, 9 de junio de 2008

Las Puñaladas en la Trinchera (III)



Escribo estas líneas en mi diario entre el silbido de las balas y el clamor de la batalla. Espero que algún día alguien te lea, compañero de penas.
Un estruendo ensordecedor gorgotea de la garganta de los que caen. Entre estertores y lamentos oigo la voz de los traidores planeando aniquilarnos. El enemigo se regocija por el éxito conseguido y, junto a aquellos que ayer compartieron nuestro rancho, rematan a los que aún viven.
¿Cuál será el legado que trasmitirás a tus hijos, a tus nietos? ¿Podrás mirarlos a los ojos sin agachar la cabeza?


He despertado lleno de pústulas, barro y sangre, pero aún vivo, aún respiro. Todo está en silencio y me incorporo. Un paisaje desolador se extiende ante mis ojos, pero todo está en silencio. Me desgarra el alma, pero ya no sangran mis heridas.
Camino arrastrando mis pies por el peso de las botas, despojándome de las ropas de combate, de mis armas de batalla y sólo pienso en los que nunca debí olvidar.
Un cosquilleo recorre mi cabeza. Tu mano, inquieta, juega con las cicatrices de mi cuerpo, también de mi alma. Ya no duelen, porque me enseñaste a navegar con el “capitán de navío”, a cantar con “pájaro Pablo”, a amar las cosas loca, locamente, a contemplar la pureza de un tomate en el verano de diciembre, a disfrutar con el chisporroteo de la sartén, ya sabes, “te amo y no te amo, puesto que de dos modos es la vida…”
Me llevaste a oler la madera quemada del Sur, a contemplar los recipientes pidiendo leche desde la orilla del camino. Me involucraste en las leyendas de tu pueblo, a dejarnos llevar por el viento apasionado del norte, aprendí a lanzar el anzuelo con el mejor maestro que haya existido…
Una niña de rizos dorados juega en un parque distraídamente. Entre la arena encuentra un viejo diario el cual abre. A escondidas de sus padres lo lleva a su casa para leerlo y por la noche, entre las sábanas, lee el diario y una lágrima recorre su dulce rostro sin saber que su padre en una esquina de la habitación, mientras la mira, agacha la cabeza…


domingo, 8 de junio de 2008

Sangre a orillas del Lago Atitlán (Guatemala)




En el año 1986 recorría las fangosas calles de los pueblitos Mayas a orillas del Lago Atitlán (Guatemala), San Pedro y San Juan. No dejaba de sorprenderme de la habilidad de las tejedoras que, con sus rústicos telares heredados de sus antepasados mayas, realizaban prendas de vivos colores y suave tacto.
Una hora nos había llevado recorrer, en una rutinaria embarcación, la corta distancia que separaba Panajachel de San Pedro y San Juan.
Hoy día Panajachel es un conocido centro turístico desde donde se puede contemplar y disfrutar de los hermosos volcanes Tolimán, Atitlán y San Pedro que rodean el lugar; donde podemos recrearnos con la tranquilidad de las aguas puras y transparentes del Lago, mientras ondulamos el reflejo de las siluetas majestuosas de los volcanes.




Pero, claro, esto es hoy día, porque en 1986, los volcanes, las aguas del Lago, los pueblos Mayas y los que estuvimos allí, fuimos testigos directos o indirectos del genocidio producido por la represión de la dictadura militar que duró entre 1978-1986, aunque en aquel momento ignorábamos lo que estaba pasando.
Arrastraba mis pies embarrados entre la multitud de vendedores ambulantes, campesinos, comerciantes y algún que otro turista, esperando captar una imagen, un momento, una instantánea fotográfica. Los indígenas, orgullosos de su raza, congeniaban con nosotros sin hacernos sentir extraños, haciéndonos partícipe de sus sonrisas, de su vida cotidiana, de sus productos, de sus gestos inocentes… Porque si de algo disfrutaba de ellos era que tanto adultos, jóvenes, hombres, mujeres y ancianos seguían teniendo y actuando con la virginidad de los niños puros e inocentes, sin contaminar, sin resentimientos… No quería ofenderles haciendo fotografías, porque entre sus supersticiones está la creencia de que las fotos les roba el alma.
Fue entonces cuando un silencio indescriptible y sepulcral se apoderó del aire, no era un silencio físico, era una sensación de sobrecogimiento que nos hizo alzar las miradas hacia las montañas y, como espectros fantasmales, apareció un batallón del ejército guatemalteco que bajaba de las poblaciones indígenas del interior.
En un acto reflejo saqué mi cámara de fotos y comencé a disparar. Creo que hice muchas fotos, pero la mayoría de ellas no salieron, quizá por el temor que se desprendía de todos nosotros y que hizo que mi pulso temblase descontroladamente o quizá un fuerte impulso de supervivencia por mis seres queridos y por los que estábamos allí se apoderó de mí, también puede que una voz a mis espaldas que me decía que me escondiera me impidió hacer más y mejores fotogramas. No lo sé, pero lo que recuerdo es que cuando alcé la vista, frente a mi había un militar que me miraba, penetrando en mi alma interrogando mi ser, escudriñando mi voluntad.





Era apenas un niño. Hubiese sido uno más entre la multitud si hubiera ido con los trajes típicos de los lugareños, de los mayas, pero su aspecto fiero y desgarrador le hacía temible, empuñando su arma de repetición, dispuesto a matar sin palabras, sin inmutarse. En mi vida olvidaré su rostro, el cual quedó enmarcado en una de las pocas fotos que quedaron en el negativo. Era apenas un niño, pero ya había perdido la inocencia en su mirada, el gesto amable en sus labios, la pureza de sus ojos, la ternura de su rostro.
Días después nos enteramos que se había producido una matanza en varios poblados mayas y la situación se había vuelto más dura por los controles militares dispuestos en toda la región.
En muchas ocasiones me viene el rostro a la mente de aquel niño militar. Pienso si fue capaz de matar a un inocente, a uno de los suyos. Pienso en cuales deben ser sus sentimientos, qué sentía al apretar el gatillo y sesgar una vida tras otra; pienso en el soldadito guatemalteco, en el boliviano, en los soldaditos que en el mundo vagan sembrando muerte… Pienso y pienso y ni siquiera sé si está muerto o vivo, si podrá algún día leer estas mis palabras, en su significado, si sabrá quien es Rigoberta o si sabrá de los que desenterraron años más tarde. Pienso en los inocentes que fueron asesinados por ser inocentes, por estar allí. Pienso en cómo los pueblos pueden renacer de las injusticias, de sus cenizas.
Había recorrido un largo viaje desde San Cristóbal de Las Casas hasta estos hermosos parajes y aunque era bien conocido por todos que en Guatemala existía una guerra encubierta, hoy se me encoge el alma por haber estado allí y haber visto la cara temible de la inocencia destruida.



DEDICADO AL PUEBLO DE GUATEMALA